Cirugía del pie

Uña encarnada

Se trata este de uno de los problemas más habituales a los que nos enfrentamos y mejor tratamos los podólogos, cuyos resultados son enorme y rápidamente agradecidos para el paciente. La uña encarnada o incarnata consiste en la penetración de los bordes laterales de la lámina ungueal o uña dentro de los tejidos blandos o carne del dorso de los dedos.

La causa de esta patología responde a factores hereditarios y morfológicos de la uña o por un mal cuidado, traumatismos o corte inapropiado de la misma. Cuando la lámina de la uña crece clavándose en los laterales de los dedos acaba generando una herida e infección con gran dolor. Especialmente peligroso es cuando el paciente es diabético o presenta algún tipo de patología general, marcapasos o prótesis que puedan provocar una diseminación bacteriana.

El abordaje de esta patología comprende desde la retirada cuidadosa de la espícula que genera la lesión intentando “recanalizar” la uña, a la cirugía mediante sencillas pero precisas técnicas a elección del podólogo para retirar solo el lateral o listón que genera la lesión y evitar que vuelva a clavarse quedando una buena estética de la uña. Todo ello con una pequeña inyección anestésica y una recuperación rápida y no dolorosa sin cambiar sustancialmente la vida del paciente.

Dedos en garra

Este es el resultado de un desequilibrio entre las fuerzas que actúan en el dorso y la planta de los dedos, ayudados por factores biomecánicos o del calzado.
En ocasiones la deformidad se estanca con el cambio a un calzado más correcto y menos lesivo para el pie o la colocación de pequeñas ortesis de silicona que mantienen el rango articular y la alineación de los dedos.
A veces se precisa el uso de plantillas a medida para compensar alteraciones biomecánicas.

El tratamiento definitivo de los dedos en garra es mediante una intervención para alinear los dedos y corregir los efectos de longitud y disbalances musculares de los mismos. Se realiza ambulatoriamente y bajo anestesia local y tiene un plazo de recuperación de unas dos a seis semanas según caso y técnica empleada con calzado posquirúrgico refiriendo el paciente generalmente un dolor mínimo o inexistente y perfectamente tolerable.

Juanete de sastre

Se trata esta de una patología similar a la del juanete del primer dedo pero cuya localización es en el quinto y su propio dedo y cuya solución es muy parecida a la anterior así como sus tiempos y pautas de recuperación. Recibe este nombre por la postura de piernas cruzadas en el suelo que adoptaban los sastres antiguamente al trabajar y que forzaba dicha articulación generando la deformidad.

Neuroma de morton

El neuroma es el engrosamiento de la vaina del nervio que pasa entre las cabezas de los metatarsianos 3º y 4º y/o 3º y 2º del pie abriéndose en forma de Y y dirigiéndose hacia los laterales de los dedos.
El origen de este engrosamiento es traumático y responde a factores de compresión al paso del nervio entre las cabezas de los metatarsianos así como a biomecánicas anormales pero principalmente al uso de calzados estrechos y de tacón alto.

Los síntomas del Neuroma de Morton son hormigueo, dolor urgente y adormecimiento de los dedos, que en algún caso se describen como si tuviese una piedrecita en la planta que le produce gran molestia e incluso una descarga o calambre y que llega a obligar al paciente a descalzarse y masajear la zona buscando alivio.

La solución conservadora de esta patología puede encontrarse con el cambio de calzado a uno menos lesivo evitando tacones y punteras estrechas, uso de plantillas funcionales que descarguen la zona e infiltraciones que ayuden a destruir ese sobrecrecimiento del nervio. Lamentablemente en muchos casos los tratamientos conservadores no son suficientes y se precisa acudir a la cirugía. Ésta se realiza con una pequeña incisión y la eliminación de ese sobrecrecimiento nervioso.

La recuperación es muy buena aliviando la zona del dolor y mejorando enormemente la calidad de vida del paciente. En algunos casos residualmente queda un leve adormecimiento de los dedos implicados que en muchos casos al paso del tiempo el cuerpo recupera.

Hallux valgus o juanetes

Esta conocida patología es el sobrecrecimiento de la parte lateral interna del primer metatarsiano y la desviación de dicho dedo en sentido contrario llegando a colocarse encima o debajo del 2º dedo.

El importante dolor que esta deformación genera es debido a la irritación del nervio que pasa junto a la articulación por el interior del pie junto con el sobrecrecimiento oseo y la luxación de dicha articulación y los tejidos que la rodean y la de las articulaciones metatarsofalangicas adyacentes, principalmente la segunda, motivo en muchos casos de la opción quirurgica.

Las causas son multifactoriales: factores genéticos, hipermovilidad, alteraciones biomecánicas, uso de calzados estrechos y de tacón alto, etc.

El tratamiento conservador en una primera fase conlleva el uso de un calzado que no comprima el pie y si existe alguna alteración biomecánica su compensación con plantillas o en algún caso ortesis de silicona para evitar la progresión de la deformidad.

El tratamiento quirurgico será la última vía cuando la deformidad es grande y se vea justificado al impedir una vida normal del paciente. En él se buscará la realineación de la articulación entre el metatarsiano y el primer dedo y las articulaciones adyacentes y la retirada del sobrecrecimiento óseo generado por el exceso de presión.

Actualmente estas intervenciones se realizan bajo anestesia local no ambulatoriamente (sin ingreso) y la recuperación de las mismas conlleva generalmente entre tres y seis semanas con un calzado postquirúrgico sobre el que el paciente en la mayoría de los casos puede apoyar desde el primer día. El dolor suele ser escaso y bien tolerado por el paciente si la intervención es cuidadosa y la medicación adecuada.